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Historias para tener en cuenta, para mejorar el fútbol. Hooligans vs Barras Bravas

  • andrespalena870
  • 22 abr 2015
  • 11 Min. de lectura

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Hooligans vs Barras Bravas

Hooligan y hooliganismo son anglicismos utilizados para referirse a estudiantes de secundaria que han producido disturbios o realizado actos vandálicos, que en ocasiones pueden derivar en tragedias como la de Heysel. Aunque tuvo un auge a partir de la década de 1960, ya en 1912, hubo que suspender un partido entre Liverpool y Manchester United debido al hooliganismo.

Existe un sinfín de teorías respecto al origen etimológico del término. El más extendido apunta a que deriva del apellido Hooligan o Houlihan. Algunos lo atribuyen a que apareció en un informe de la policía de Londres que data del 1898 y que publicó The Times.

Por otra parte, el término hooliganism ya aparece en la prensa escrita en 1898, y Arthur Conan Doyle lo utiliza en su relato corto «The Adventure of the Six Napoleons», publicado en 1904 enThe Strand Magazine.

En una de las primeras referencias, el libro Hooligan Nights, publicado 1899, el autor afirmaba que el término tenía su origen en un delincuente común de Southwark (Londres), Patrick Hooligan, que mató a un policía y murió en la cárcel.

Otros usos, de principios del siglo XX, incluyen una popular canción que hablaba de una ruidosa familia irlandesa, también de Southwark, con ese apellido. Incluso había una tira cómica de un personaje irlandés del mismo nombre que se publicaba en el periódico Funny Folks.

También se especula sobre la posibilidad de que derive de una banda callejera en Islington llamada Hooley. Otra vertiente plantea que se basa en la palabra irlandesa, Hooley, que significa salvaje o fiesta animada.

Se dice, en general, que los grupos violentos ingleses prefieren llamarse a sí mismos The Firm («La firma»), en el sentido comercial de ser un grupo que busca financiar sus traslados y actividades.

La prensa oficial y los portavoces del Buckingham Palace identificaron este término con la creciente ola de marginalidad, sobre todo en los otros grandes centros industriales. Así pues se asoció con una determinada vestimenta, un argot, unas pautas de conducta y ciertos barrios. Incluso llegó a englobar diversas acciones como robos, prostitución, atracos a ciudadanos en la vía pública o el percibir los subsidios oficiales destinados a los desocupados.

No hubo una clara intención de diferenciar a los grupos violentos de los actos relacionados con el mundo del fútbol. De este modo los hooligans propiamente dichos, los desocupados o excluidos del sistema, fueron asimilados en todo el mundo a las barras bravas de Sudamérica y ultras del resto de Europa.

Sucesos y legislación vigente

En el año 2000 durante la decisión de la UEFA sobre la adjudicación de la Copa Mundial de Fútbol de 2006 la candidatura de Inglaterra se vio gravemente comprometida7 debido a unos altercados producidos en Charleroiy Bruselas por parte de hooligans ingleses. Finalmente en una ajustada final salió elegida Alemania sobre Sudáfrica (que obtendría finalmente la organización de la Copa Mundial de Fútbol de 2010). El punto fuerte de Alemania era su política "anti-hooligan" que tuvo una gran aceptación. En Reino Unido más de 3.000 personas se vieron obligadas a entregar sus pasaportes y no les fueron devueltos hasta el término del Mundial, para evitar altercados.

En la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), el hooliganismo se consideraba una falta criminal bajo el código penal de las Repúblicas Soviéticas. El Artículo 213 del código penal definió el hooliganismo como "cualquier conducta que deliberadamente viole el orden público y exprese faltas de respeto explícitas hacia los pilares de la sociedad." un amplio rango de conductas, como la vagancia, el acoso y lenguaje vulgar. Frecuentemente esta ley fue utilizada en contra de disidentes políticos.El Hooliganismo aún se mantiene cubierto bajo los códigos administrativos y criminales de Rusia, y es aplicable a personas mayores de 16 años. El Hooliganismo es clasificado en Hooliganismo malicioso, el Hooliganismo menor. El Hooliganismo menor es "sujeto a procedimientos administrativos"(cercano a la aplicación de la ley civil) y clasificado casi equivalentemente a una infracción. Mayoritariamente es aplicado a desordenes callejeros y peleas urbanas juveniles. El hooliganismo malicioso es definido como estar comprometido "con cinismo extraordinario, con resistencia a la aplicación de la ley, con uso de armas o intento de este, o cometido por un reincidente".

En Rusia el hooliganismo es frecuentemente usado por las autoridades para encubrir la verdadera naturaleza de burlas xenófobas, quizás con motivo de disminuir la seriedad de las ofensas cometidas.

Aunque el movimiento hooligan no se manifestó hasta la década de los ochenta en los Balcanes, lo cierto es que su aparición fue extremadamente virulenta. Los altercados entre hinchas croatas y serbios, en la antigua Yugoslavia, eran fiel reflejo del ambiente de crispación reinante. Tanto es así, que durante la separación de ambas partes, la UEFA decidió prohibir que los partidos del campeonato europeo se jugasen en estadios yugoslavos hasta el fin del conflicto.

En Italia este fenómeno es inusitadamente violento, lo que ha llevado a crear una legislación específica para este tipo de conflictos. En ella se contempla el uso de tornos eléctricos, video-vigilancia y la inclusión del nombre del comprador y su asiento en la entrada. Todo ello para facilitar la tarea de identificación de hooligans. Más aún, en el Estadio Olímpico de Roma se han instalado unas sillas especiales llamadas "anti-hooligans" que no pueden ser arrancadas y tiradas. Se encuentran en una parte del estadio, con el propósito de recibir a las aficiones de equipos ingleses.

Ideología

Estos aficionados agresivos, seguidores de un equipo en concreto, suelen enfrentarse a menudo con los grupos del equipo contrario durante el encuentro. La tensión aumenta durante los llamados clásicos o derbys, que son encuentros entre equipos de la misma ciudad, o equipos con una gran competencia histórica.

Estos encuentros violentos entre grupos han dado lugar a numerosas muertes (un promedio de media docena al año en la década del 90) y tragedias a lo largo de la historia del fútbol inglés. En 1985, en el estadio de Heysel (Bruselas), mueren 39 personas, en su mayoría italianos, durante un ataque artero de los aficionados del Liverpool, que esa noche jugaba con la Juventus, la final de la Copa de Europa. Trasladados los muertos y heridos el partido se jugó igual.

A partir de los años sesenta muchas subculturas juveniles como los skinhead, herbert, mod , punk o rude boy se han visto ligadas al movimiento hooligan.

En cambio Una barra brava, en Argentina, es una organización mafiosa que realiza negocios legales e ilegales vinculados al fútbol y otros deportes.

La violencia en el fútbol argentino ha estado presente prácticamente desde sus comienzos, aunque las barras bravas fueron un fenómeno posterior. Desde el primer asesinato registrado, ocurrido en Montevideo, en 1924, luego del último partido del Campeonato Sudamericano entre los locales y la selección argentina. Hasta el año 2010, este fenómeno se ha cobrado una cifra estimativa de por lo menos 249 víctimas fatales y gran cantidad de heridos.

Hasta el año 2000, sólo 16 casos terminaron en condena, involucrando a 33 personas.

Origen y desarrollo

Se tienen noticias de la violencia en el fútbol argentino desde principios del siglo XX tanto en los partidos del campeonato local como en los partidos entre Argentina y Uruguay, en Buenos Aires y en Montevideo. El primer hecho que trascendió se produjo en el último partido del Campeonato Sudamericano de 1916, que definiría al campeón, disputado el 16 de julio de 1916 en el estadio de Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires. Debido a la sobreventa de entradas 40 mil personas se acercaron a ver el partido en un estadio que sólo podía albergar a la mitad. El encuentro fue suspendido debido a los desmanes producidos en las tribunas, las cuales terminaron incendiadas. También el primer superclásico, disputado en 1913, terminó con un enfrentamiento entre las hinchadas.

El primer asesinato relacionado con el fútbol argentino se produjo en Montevideo, Uruguay, en 1924. El 2 de noviembre, tras disputarse el último partido del Campeonato Sudamericano que coronó a los locales, se produjeron incidentes frente al hotel donde se alojaba el seleccionador argentino, interviniendo en la pelea hinchas uruguayos e hinchas y jugadores argentinos. Durante los incidentes, el argentino José Lázaro Rodríguez disparó contra Pedro Demby, quien fallecería el día después. Rodríguez logró escapar y regresar a la Argentina, gracias a la ayuda de jugadores argentinos, en un buque que partió una hora antes de lo programado y no fue interceptado por la policía. La policía uruguaya logró identificarlo gracias a una fotografía publicada el 4 de noviembre en el diario argentino Crítica, en donde se lo veía cenando con jugadores argentinos. Fue detenido el 24 de ese mes, pero nunca fue deportado.

El 14 de mayo de 1939, en el estadio de Lanús, la violencia se cobró sus primeras víctimas fatales en territorio argentino. En un partido por la cuarta división entre Boca y el local, tras una falta cometida por un jugador de Lanús, los jugadores comenzaron a pelearse. Al ver esto los hinchas de Boca quisieron derrumbar el alambrado e invadir el campo de juego, lo que motivó que la policía realizara disparos para dispersarlos. Pero un policía, llamado Luis Estrella, disparó hacia la tribuna, alcanzando a dos espectadores: Luis López y Oscar Munitoli, un menor de 9 años.

Pero esta violencia no era sólo entre hinchas, sino también contra los árbitros. El 27 de octubre de 1946, durante un partido entre Newell's Old Boys y San Lorenzo en Rosario, intentaron ahorcar al árbitro Osvaldo Cossio. El partido iba igualado en dos goles cuando Cossio anuló un gol de los locales, empeorando la situación cuando en la jugada siguiente San Lorenzo convirtió el tercer gol. Promediando el minuto 89 del partido, varios hinchas ingresaron al campo de juego logrando golpear al árbitro e intentándolo ahorcar con su propio cinturón.

Pero este fenómeno sufrió una importante transformación a finales de la década de 1950. El periodista Amílcar Romero establece el año 1958 como el comienzo de las barras bravas actuales, con el asesinato de Alberto Mario Linker.2 Debido al asesinato de este hincha de River Plate, en octubre de 1958, la sociedad toma conocimiento de la existencia de grupos organizados al aparecer notas en la prensa que hablan de "barras fuertes". La llamada "industrialización del fútbol" fue el puntapié inicial para esa organización, ya que se necesitaba controlar todos los aspectos que intervenían en el juego. Antes del surgimiento de estos grupos, cuando un equipo jugaba de visitante era presionado por la hinchada rival.

De esta forma cada club comenzó a tener su barra brava, las cuales eran financiadas por los dirigentes de la institución. A estos grupos les eran entregadas entradas y se les pagaba los viajes a los estadios, sumándose luego otras formas de financiación. Pero el acceso a estos "beneficios" por parte de la barra brava dependía de la jerarquía que tenía dentro de la barra. Para obtener ese prestigio se debía ser violento,6 por lo que comenzó a aumentar la cantidad de muertos:6 desde 1924 a 1957 sólo se habían producido 12 muertes relacionadas con el fútbol de las 237 que se produjeron hasta 2003.

A partir de la muerte de Linker comienza en el fútbol argentino una etapa marcada por el incremento en el número de muertes. De acuerdo con Amílcar Romero, entre 1958 y 1985 se producen en Argentina 103 muertes relacionadas con violencia en el fútbol, es decir, en promedio una cada 3 meses. Sin embargo, aclara también que el origen de estas muertes no siempre es el enfrentamiento en el estadio y van desde el choque premeditado entre barras bravas fuera de las instalaciones deportivas, la represión policial ante desórdenes o falta de seguridad en los estadios.

Una de las características de las barras bravas a partir de esa fecha es la agudización del nivel de violencia. Pero esta violencia no es exclusiva de los clubes con mayor poder económico, sino que es posible encontrarla en equipos de todas las categorías. Teniendo en cuenta el período 1967 - 2008, 144 muertos, las muertes relacionadas con el fútbol se produjeron mayoritariamente en la Primera División, el 56% del total, seguida de la Primera B Nacional con el 14%, los torneos regionales con 8% y la Primera B con 6%. A partir de la década de 1990, la violencia y la cantidad de víctimas crecieron aceleradamente.

En cuanto a la distribución geográfica, las zonas donde se registraron la mayor cantidad de muertes son los Partidos del Gran Buenos Aires (27%), la ciudad de Buenos Aires (23%) y Rosario (8%). En cuanto a la modalidad, el 39% se produce por arma de fuego, el 13% por arma blanca y otro 13% debido a la represión policial.

En los últimos tiempos los enfrentamientos entre diferentes sectores de las barras bravas han aumentado los niveles de violencia y la cantidad muertos. El 9 de agosto de 2007 fue asesinado Martín Gonzalo Acro, barra brava de River Plate, como parte de un enfrentamiento entre dos sectores de Los Borrachos del Tablón. El mismo fenómeno ha sucedido en otros clubes, por ejemplo en Boca Juniors, Newell's Old Boys, Estudiantes de La Plata Rosario Central, o San Lorenzo. El porcentaje de víctimas en enfrentamientos entre la propia hinchada pasó del 3% en 1989, al 8% en 2001 y el 17% en 2009.

Desde mediados de 1985 han existido propuestas para intentar erradicar la violencia.

En 1985, luego del asesinato de Adrián Scaserra, fue sancionada la Ley 23.184, conocida como la Ley de la Rúa. Esta ley sancionaba penalmente el ingreso con armas a los estadios, el impedir el normal desarrollo del partido, los destrozos de las instalaciones deportivas y al "que determinare, promoviere o facilitare de cualquier modo la formación de grupos destinados a cometer alguno de los delitos previstos". En la Ciudad de Buenos Aires permitía un régimen contravencional que habilitaba la prohibición de concurrencia. En 1993 se sancionó la Ley 24.192 que modificó la ley anterior, cambiando las penas y estableciendo un régimen de responsabilidad civil y la posibilidad de clausurar el estadio. Finalmente, en 2008, se modificó nuevamente la ley permitiendo a los jueces disponer una medida cautelar que le impida al acusado, por alguno de los delitos mencionados, concurrir a menos de quinientos metros del lugar donde se realiza el partido.

En varias ocasiones el Poder Judicial suspendió el desarrollo de los torneos de la AFA. En 1998 el juez Víctor Perrota suspendió los torneos de fútbol profesional al determinar que los clubes no podían garantizar la seguridad ya que no tenían la capacidad de ejercer el derecho de admisión, determinando también que la policía no contaba con personal suficiente. El juez había actuado en base a un recurso de amparo presentado por la Fundación Fair Play que denunciaba la falta de seguridad en los estadios, por lo que solicitó a los dirigentes de los clubes que le suministraran información sobre los barras bravas, pero al no obtener una respuesta favorable decidió la suspensión del torneo. A fines del mismo año suspendió nuevamente los torneos del ascenso, tras incidentes entre Chacarita Juniors y Deportivo Morón. En septiembre de 2003 se volvió a suspender el fútbol cuando el juez Mariano Bergés le ordenó a la Policía Federal Argentinaque no brinde seguridad en los estadios durante dos semanas, mientras estaba al frente de la causa judicial iniciada por los incidentes ocurridos en un partido entre Boca y Chacharita.

A mediados de la década de 2000, se comenzó a aplicar en mayor medida el derecho de admisión.En 2009 varios clubes de Buenos Aires y el Ministerio del Interior firmaron un convenio para delegar la aplicación de esta medida al Estado, autorizando a la Subsecretaría de Seguridad en los Espectáculos Futbolísticos a realizarla. Para evitar los enfrentamientos, el 31 de julio de 2007 el Comité Ejecutivo de la AFA determinó, mediante una resolución, que en las categorías del Ascenso no se permitiría el acceso del público visitante a los estadios.

A fines de 2006 se creó la ONG «Salvemos al Fútbol», cuyo primer objetivo fue llevar a la justicia todo hecho de violencia y corrupción en el fútbol. La ONG publica una lista con los nombres de todos los muertos víctimas de violencia en el fútbol argentino. Mónica Nizzardo, fundadora de «Salvemos al Fútbol» junto el ex juez de instrucción, Mariano Bergés, renuncio a la presidencia de la misma debido a la falta de apoyo recibida para combatir la violencia.

En 2010 se acusó al entonces presidente de la AFA, Julio Grondona de tener vinculación con el viaje de una treintena de integrantes de diferentes hinchadas, alguno de ellos barrabravas. Los barras de HUA lograron viajar al torneo, Durante la copa mundial de fútbol, barrabravas del Club Independiente protagonizaron incidentes en Johannesburgo. A fines de 2009 se creó la ONG «Hinchadas Unidas Argentinas»', que agrupa a barras bravas de diferentes clubes, a cambio de que no se produzcan hechos de violencia y por la propia organización.

Tengamos en cuenta estas historias para mejorar en las situaciones en las canchas, recuerden estas cosas las mayorisa de veces empiezan con un simple insultos


 
 
 

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